La cadena mundial de comida rápida Burger King se alzó como protagonista de una estrategia a la que más de una marca ha acudido para atraer la atención del público: el uso del sexismo en la publicidad. Un polémico anuncio que, luego de cinco años de su aparición en Singapur, es recientemente denunciado por la modelo que participa en el cartel. La denunciante, que se mantiene en el anonimato, está llevando a nivel internacional sus reclamos a Burger King por la publicidad sexista que protagonizó sin ser consciente de ello.
Apoyada por las redes sociales, la modelo lanzó un vídeo titulado «Burger King raped my face» («Burger King violó mi cara», en español), que según detalla el diario El Confidencial, critica cómo su rostro fue utilizado sin consentimiento para promocionar ‘indebidamente’ un nuevo sánduche de la multinacional.
Como podemos ver en la imagen, el anuncio hace un juego de palabras con la palabra blow: “It´ll blow your mind away”, que en español significa “te volará la cabeza”. Sin embargo, el mismo término se utiliza en el país anglosajón para referirse también a las felaciones (blowjob). El resto del cartel también da rienda suelta a las interpretaciones con la frase: “Llena tu deseo con algo largo, jugoso y hecho a la parrilla con el nuevo súper siete pulgadas de BK”.
“¿Es un anuncio de felaciones o de comida rápida?», cuestiona la modelo en el vídeo, quien además explica cómo Burger King utilizó una fotografía -de una serie que realizó- para mostrar su rostro sorprendido y con la boca abierta ante una hamburguesa retocada digitalmente para resultar fálica.
Este ejemplo es una forma de mostrar cómo una publicidad con temáticas sexuales puede perjudicar a una marca. No solo por el hecho de que resulta ofensivo y puede molestar a muchos, sino porque los mensajes que lanza una publicidad ejercen una influencia en la mente del público, reforzando estereotipos ‘negativos’ de la sociedad. Y la publicidad sexista, por mucho que llegue a atraer –por no decir, “divertir”- a un segmento de la población, puede generar efectos negativos sobre la marca. Si bien la batalla legal de la modelo no ha tenido éxito todavía, este actuar ya se ha hecho eco en todo el mundo. En especial la respuesta de Burger King ante el suceso. La cadena de comida rápida se defendió argumentando que la campaña la desarrolló una agencia de Singapur sólo para esa región, pero que esta no había sido supervisada por la corporación.